PREPARACIÓN AL MATRIMONIO
La parroquia San Jerónimo ofrece los cursos de preparación al matrimonio en las siguientes fechas:
Los lunes durante varias semanas a las 21hs
del 7 de octubre al 9 de diciembre de 2024
del 27 de enero al 7 de abril de 2025
del 6 de octubre al 1 de diciembre de 2025
Párroco: D. Jesús Sánchez (608 286 822)
Responsables: Jacinto y Yolanda (615 800 514) Se puede contactar vía whatsapp para dudas.
Recomendamos realizar el curso de formación lo antes posible, no solo como una ayuda para los futuros esposos sino también para el noviazgo y el tiempo de preparación al matrimonio.
Extracto de la catequesis sobre el noviazgo del Papa Francisco en la audiencia general del 27 de mayo de 2015
El noviazgo es el tiempo en el cual los dos están llamados a realizar un buen trabajo sobre el amor, un trabajo partícipe y compartido, que va a la profundidad. Ambos se descubren despacio, mutuamente, es decir, el hombre «conoce» a la mujer conociendo a esta mujer, su novia; y la mujer «conoce» al hombre conociendo a este hombre, su novio. No subestimemos la importancia de este aprendizaje: es un bonito compromiso, y el amor mismo lo requiere, porque no es sólo una felicidad despreocupada, una emoción encantada…
La alianza de amor entre el hombre y la mujer, alianza por la vida, no se improvisa, no se hace de un día para el otro. No existe el matrimonio express: es necesario trabajar en el amor, es necesario caminar.
El noviazgo es un itinerario de vida que debe madurar como la fruta, es un camino de maduración en el amor, hasta el momento que se convierte en matrimonio.
Los cursos prematrimoniales son una expresión especial de la preparación. Y vemos muchas parejas que tal vez llegan al curso con un poco de desgana: «¡Estos curas nos hacen hacer un curso! ¿Por qué? Nosotros sabemos»… y van con desgana. Pero luego están contentos y agradecen, porque, en efecto, encontraron allí la ocasión —a menudo la única— para reflexionar sobre su experiencia en términos no banales.
El tiempo del noviazgo puede convertirse de verdad en un tiempo de iniciación. ¿A qué? ¡A la sorpresa! A la sorpresa de los dones espirituales con los cuales el Señor, a través de la Iglesia, enriquece el horizonte de la nueva familia que se dispone a vivir en su bendición.